En un entorno líquido como el que nos encontramos, los cambios de realidad son ya una constante. Estas transformaciones provocan reajustes en los planes a corto y medio plazo y en algunos casos, también en las estrategias a largo plazo. Como consecuencia, las organizaciones nos vemos inmersas en una incertidumbre constante que influye de manera muy negativa en el estado emocional de nuestros colaboradores y con ello, en su desempeño y productividad. Es responsabilidad de los líderes absorber esta incertidumbre, analizando los pocos datos objetivos que la realidad nos ofrece, confiando en nuestra experiencia e intuición, desarrollando planes de contingencia e insuflando impulso y esperanza a los equipos de trabajo. Para ello, el líder de esta nueva era deberá saber gestionar el miedo que la incertidumbre despierta en sus equipos.

El miedo … una emoción.

El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo, incertidumbre o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, incluidos los seres humanos.

Su principal función es la de advertirte y protegerte de algún peligro y huir para alejarte del estímulo que provoca el miedo. Gracias al miedo hoy tú estás aquí, por lo tanto, no lo trates como un enemigo. Aunque no es menos cierto que en ocasiones, la dimensión del miedo no tiene ninguna relación con el peligro real. Ante esta situación, el miedo te paraliza y no te deja entrar en acción convirtiéndose en una conducta desadaptativa. Ante situaciones de incertidumbre nuestro cerebro reacciona activando los sistemas de supervivencia y en consecuencia, lastrando nuestras funciones cognitivas. La fórmula es rápida de comprender: a más incertidumbre más miedo, a más miedo menos capacidad para pensar (clic aquí para saber más de las reacción de nuestro cerebro ante la incertidumbre). ¿Qué hacer entonces?¿Cómo gestionarlo?

Pasos para gestionar el miedo de nuestros equipos de forma adecuada

A continuación compartiré una serie de pasos para gestionar el miedo de tus colaboradores de forma eficiente:

Paso 1. Mantén la calma.

Recuerda que para tus colaboradores eres su referente. Sé el ejemplo que quieres ver en ellos. En las primeras reuniones para gestionar las diferentes crisis, mantén un estado de calma. Esto contagiará tranquilidad al seno de tu equipo y aumentará la confianza de los diferentes planes de contingencia que propongas. Si te ven alterado y miedoso, sentirán que no tienes todo bajo control aumentando con ello, su estrés y nivel de incertidumbre.

Quizás, antes de trabajar con ellos sus diferentes miedos, deberías trabajar primero los tuyos. Esto te aportará una mayor confianza para afrontar los diferentes retos que esta nueva realidad te irá imponiendo.

Paso 2. Acompáñales en todo momento.

Es interesante que programes reuniones de cohesión para mantener al equipo más unido que nunca. Estas reuniones deben de ser cortas y periódicas. Con quince minutos debería bastar. La intención de dichas reuniones es que tus colaboradores no se sientan solos ante la crisis. Por otra parte, a ti te ayudará a medir el estado emocional de tu gente y analizar que recursos, necesidades o tipo de acampamiento necesitará de manera individual cada uno de ellos. Recuerda que aquí tampoco vale el café para todos. Cada uno de tus colaboradores tendrá necesidades únicas en función de su nivel de desarrollo, nivel de desempeño y estado emocional.

Paso 3. Ayúdales a conocer a su enemigo.

Lo primero que tendrás que hacer es poner cara a los diferentes miedos de tus colaboradores. Realmente, si lo piensas bien, a lo que tenemos miedo es a lo desconocido. Haz visible sus miedos. Ayúdales a que les pongan nombre:

– Miedo al fracaso.                                               – Miedo a perder algo.

– Miedo a exponerse ante los demás.               – Miedo a brillar.

– Miedo al rechazo.                                              – Miedo a ser señalado.

– Miedo al qué dirán.                                           – Miedo a la soledad.

– Miedo a la pérdida del trabajo.                      – Miedo a no ser válido.

– Miedo a no estar a la altura.                            – Miedo a defraudar a los compañeros o al responsable.

Estos son solo algunos miedos. Identifica el suyo.

Lo peor de vivir obsesionado con algún miedo es el estado de ansiedad que éste produce, no dejándonos disfrutar de una vida plena. Realmente el miedo está relacionado con un peligro presente e inminente. Sin embargo, la ansiedad hace referencia a la anticipación de un peligro futuro.

También será importante que les ayudes a que no se juzguen por tener ese miedo. Invítales a que lo acepten. Aunque no lo creas, está ahí para algo. Él tiene una intención positiva, aunque a priori no puedan verla.

Será bueno que les aconsejes que escriban en un papel ese miedo, que lo vean fuera de ellos. Compartir todos los miedos en una reunión de equipo puede ayudar muchísimo a disiparlos y a cohesionar mucho más al equipo en situaciones complicadas. Comprobarás que a medida que hablan de sus miedos, su nivel de intensidad va disminuyendo.

Paso 4. Gestionar el miedo mediante la conciencia corporal.

Hazles tomar conciencia de cómo el miedo se expresa en su cuerpo. Pensamiento, corporalidad y emoción forman una triada indivisible y los tres se retroalimentan. Es posible bajar el nivel de intensidad de una emoción a través de cambios corporales y cambios de pensamiento. Ayúdales a romper con la expresión del miedo en tu cuerpo. En las reuniones tanto individuales como de equipo,  cambia sus posturas cuando el miedo empiece a expresarse. Si su respiración se acelera, proponles hacer algún ejercicio de respiración para relajarlos. Invítales a que hagan respiraciones abdominales. Intenta que éstas sean lentas y profundas. Así ya estás cambiando su fisiología. El miedo tiene su propia respiración (corta, frecuente y entrecortada). Si rompes su patrón, romperás también la intensidad de la emoción.

Paso 5. La historia detrás del miedo.

Para gestionar el miedo es clave indagar sobre qué historia hay detrás de sus miedos. Descubrir cuándo empezó y qué es exactamente lo que lo origina. Será bueno que plasmen por escrito sus aprendizajes.

Al conocer el origen y causa de sus miedos, podrás preparar un plan de acción para minimizar su impacto. En muchas ocasiones este miedo les advierte de ciertos recursos que necesitan para solventar la situación con garantías. Escucha a sus miedo. ¿Qué recursos les faltan?¿Qué tipo de acompañamiento necesitan?¿Qué necesitan de ti?¿Y de sus compañeros?

Paso 6. La intención positiva del miedo.

Toda emoción tiene una intención positiva de base. Ayuda a tos colaboradores a descubrirla. Esto ayudará a gestionar el miedo.

Puedes convertir su miedo en su mejor aliado. Invítales a que reflexionen sobre la información que les está aportando esta emoción. Así podrán convertirlo en su fiel escudero. Generalmente, el miedo nos avisa de que algo importante para nosotros está en peligro. Si nuestra mente no consciente dispara el miedo es porque de alguna manera nuestro cerebro intuye que nos faltan recursos para acometer la amenaza. Descubre dichos recursos y proporciónalos en la medida que puedas.

Además, el miedo bien gestionado se puede convertir en una potente forma de energía. Déjame que te cuente algo más sobre el miedo. Las investigaciones de Yerkes-Dodson en su teoría de la U invertida, demuestran que hay una relación entre el miedo y la eficiencia en el rendimiento. Sus estudios probaron que mantener un nivel óptimo de miedo puede mejorar el rendimiento de las acciones.

Cuando te planteas un objetivo y éste no es lo suficientemente retador, no se activa la emoción del miedo, minimizando así tu rendimiento. De la misma forma, cuando la reacción del miedo es excesiva y sobrepasas el nivel óptimo, el miedo te bloqueará emocionalmente y entorpecerá la acción. Lo adecuado, es mantener ese nivel óptimo de miedo para así, alcanzar la mejor versión de uno mismo.

En esta figura puede ver la relación entre el rendimiento y el miedo:

 

grafica yerkes dodson liderazgo

Paso 7. Ármate de recursos. Ármalos de recursos

Ayúdales a que tomen conciencia de sus éxitos anteriores. Toma conciencia de los recursos que utilizaron para alcanzarlos. Seguro que tienen un montón de experiencias y habilidades pasadas que será bueno que las pongan en acción ahora.  Hazles ver que son un equipo ganador. Invítales a que no vivan la situación, por complicada que ésta sea, como un equipo perdedor. Hazles tomar conciencia de todos sus talentos y cómo pueden ponerlos al servicio de la situación desencadenante del miedo.

Puedes hacer una reunión para trabajar el  DAFO del equipo (haz clic aquí para volverlo a leer) o acompáñales que cada uno trabaje su DAFO individual. Este es un buen momento para recordarlo. Observa y toma conciencia de todas las fortalezas de las que disponen. ¿Qué fortalezas les pueden ayudar ahora?

Paso 8. ¿Qué es lo peor que te puede pasar?

Ayúdales a que analicen los diferentes escenarios. Es bueno describirlos y ponerles nombre. Acompáñales a que tomen conciencia del peor escenario posible. En la mayoría de las ocasiones, el peor escenario posible es bastante mejor que las consecuencias que tendrá para el departamento o para el colaborador el no enfrentarse al miedo ahora.

Paso 9. Plan de contingencia.

En muchas ocasiones el miedo se comporta como un fiel mensajero previniéndote de la situación peligrosa e informándote de que es posible que te falten algunos recursos para salir airoso de la misma.

Acompaña a tu equipo a elaborar una lista de acciones que puedan minimizar el impacto de los peores escenarios posibles. Con esto, la probabilidad de éxito seguro que aumenta, disminuyendo de esta manera la ansiedad y el miedo que les provoca la situación desencadenante. Si disminuyes el miedo, aumentará la competencia de tus colaboradores (recuerda el gráfico de Yerkes-Dodson)

Paso 10. Enfréntate al miedo.

Hacerlo poco a poco. Acompáñales a que enfrenten gradualmente sus miedos. Experimenta situaciones donde ese miedo se proyecta en muy baja intensidad para después ir subiendo la intensidad de las experiencias. A esto se le llama desensibilización gradual. Diseña planes de acción con metas muy a corto plazo. Con cada meta conseguida aumentará la autoestima y confianza de tu equipo y les invitará a seguir avanzando entre la niebla. Ayúdate de herramientas como el SMART para formular estas metas (clic aquí)

Según Joseph E. LeDoux, famoso neurocientífico nacido en Luisiana (EEUU) en 1949, lo que contribuye al proceso de extinción del miedo es habituar al córtex prefrontal para inhibir las aferencias a la amígdala (parte del cerebro encargada de la respuesta emocional, sobre todo la respuesta ataque-huida).  Haz que avancen poco a poco y acompáñales en todo el proceso.

Recuérdales que fallarán todas las canastas que no intenten. Haz que su propósito y metas sean más grandes que sus miedos. Hazles actuar, ayúdales a entrar en acción poco a poco y verás que al final les gustará enfrentarse a sus miedos, pues cada vez que lo hagan, aumentarán su autoestima y su autoconfianza.

Espero que estos tips que he compartido te ayuden a gestionar el miedo de tu equipo de trabajo. Seguro que tienes algún consejo más que ofrecer y que seguro enriquecerá mucho más este post. Estaré encantado de que lo compartas a través de un comentario.

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