El futuro del liderazgo: Todas las crisis, grandes o pequeñas, nos obligan a detenernos, reflexionar, aprender e innovar. Esta nueva crisis global provocada por el Corona-Virus no es diferente a otras y con ella, vienen grandes cambios que no solo van a afectar a las organizaciones, al mercado, a la industria incluso a los países. Posiblemente, esta crisis también nos invitará a reflexionar si verdaderamente necesitamos un profundo cambio de paradigma.
Esta nueva era necesitará líderes diferentes que comanden el cambio. Este nuevo futuro del liderazgo necesitará personas que se responsabilicen de sus acciones y se comprometan con una nueva forma de obrar y pensar. Personas que se relacionen con sus iguales y con el entorno de una manera más equilibrada y ecológica. Personas que realmente se comprometan a dejar un mundo mejor a las futuras generaciones.
El futuro del liderazgo
Congruencia y honestidad.
Esta nueva era necesitará de líderes verdaderamente sinceros. Personas que digan la verdad por dura que ésta parezca. Muchas personas confunden realismo con pesimismo, nada más lejos de la realidad. Las personas merecemos saber cómo será nuestro futuro para así, podernos responsabilizar de nuestro propio destino. Carecemos de líderes que luchen contra la tendencia natural del ser humano de minimizar y retrasar las malas noticias. Si algo hemos aprendido de esta crisis, es que poco o nada, nos ayuda tapar o colorear los malos augurios.
Por otra parte, casi hemos aceptado con absurda normalidad, que nos mientan aquellas personas que con nuestro voto y en las urnas, decidimos que nos representaran. Perder la confianza en los líderes, es como perder la luz del faro en la niebla, las sociedades navegan perdidas en busca de algún cabo que les ayude a salir de la incertidumbre. Lo peor de todo, es que estos cabos, llegan en forma de ideas extremistas y populismos absurdos. Cuando no hay un rumbo definido, todo viento nos es favorable.
Trabajo en equipo.
Necesitamos líderes que aprendan y enseñen a trabajar en red. Líderes que entiendan a los equipos como un gran grupo de personas diversas en cultura, educación, formación, raza, ideología, valores, edad, sexo … Necesitamos líderes que construyan visiones compartidas y que alinien los propósitos vitales de los colaboradores con las misiones de las compañías.
Trabajar en remoto.
El futuro del liderazgo necesitará de líderes con presencia sin estar presentes. Esta crisis nos está mostrando que hay otras formas de trabajar sin una presencia física en las organizaciones. Esto también transformará cómo los líderes se relacionarán con sus colaboradores. Para ser eficientes, los futuros líderes deberán buscar otras formas creativas y consistentes para comunicarse con aquellos que dirige.
Esta crisis nos ha mostrado el valor del liderazgo descentralizado y la capacidad de disponer de una red de talentosos expertos. Los líderes ahora no siempre deben estar al frente tomando todas las decisiones inmediatas. Deben crear estrategias a largo plazo y desarrollar, empoderar y supervisar a sus equipos en la consecución de las metas que se establezcan.
El futuro del liderazgo: Generar autonomía y responsabilidad
Necesitamos líderes que despierten la autonomía de sus colaboradores. Los retos que día a día tienen que afrontar los nuevos profesionales, crecen de forma exponencial. Los problemas locales se convierten en problemas globales y la tecnología provoca cambios muy rápidos en el entorno. La experiencia, aunque apreciada, no tiene el valor de antaño, pues muchos de los problemas que ahora aparecen, jamás antes se habían dado. Los líderes no van a tener capacidad para llegar a todo y colapsarán si no ceden autonomía a su gente. En este sentido, los nuevos líderes necesitarán desarrollar profesionalmente de forma continúa a sus equipos si quieren realmente personas autónomas, capaces de afrontar los nuevos retos que esta realidad les propone. Deben de despertar el apetito por desaprender para reaprender de forma rápida, mediante la exposición a nuevos retos y nuevas formas de relacionarse con el entorno.
El líder del futuro deberá estar al servicio de las personas
Necesitamos líderes humildes con una verdadera vocación de servicio. Necesitamos referentes que nos acompañen a crecer y desarrollarnos, que nos inviten a ver la realidad con curiosidad y optimismo. Líderes que nos empoderen y nos ayuden a conectar con nuestros recursos internos. Líderes que quieran compartir sus talentos en pro de hacer crecer los nuestros. Los líderes miedosos que, alimentados por su EGO, defienden sus puestos de trabajo con agresividad por temor a ser sustituidos, no tendrán futuro en este nuevo paradigma.
Liderar con empatía
Los líderes del futuro tienen que liderar con empatía. Deben de ser conscientes del impacto que tienen en el entorno las decisiones que toman. Por supuesto que la eficiencia y los resultados seguirán siendo importantes a la hora de tomar decisiones, de la misma forma, también lo será la comprensión de sus actos y el cuidado de las relaciones.
Renovada ilusión y esperanza.
Necesitamos líderes que insuflen ilusión y esperanza en sus equipos. Necesitamos líderes que absorban la incertidumbre que día tras día inunda los departamentos. Esta incertidumbre merma la capacidad de pensar de los colaboradores y con ella, su productividad y desempeño. (clic aquí para saber más cómo lidiar con la incertidumbre)
Sören Kierkegaard, filósofo danés padre del existencialismo, afirmaba que la vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia delante. Así es como los nuevos líderes del futuro deben liderar a sus equipos, haciéndoles ver, que aquellos puntos que ahora parecen inconexos, gracias a las estrategias definidas, se conectarán en el futuro.
Esta nueva era transformará el futuro del liderazgo
La forma de liderar está cambiando y esta transición no será fácil. Los responsables de los departamentos serán evaluados en áreas donde todavía no han desarrollado completamente sus habilidades, y muchos líderes, antiguos y nuevos, necesitarán de especial acompañamiento para ayudarlos a desarrollar las competencias que necesitarán para tener éxito.
El futuro del liderazgo trae nuevos desafíos y con ellos, nuevas oportunidades. Aquellas personas que abracen el cambio, que alineen sus valores, sean congruentes y se conecten con todo su potencial interno, serán llamados a ser los líderes de esta nueva era.