Impresionante.  Esa es la palabra que define esta experiencia profesional y personal.  Junto a mi gran amigo y compañero Enrique Fuentes hemos sido facilitadores del programa “El Camino del Héroe” . Un programa de desarrollo personal y profesional que Esin, la Escuela Internacional de Desarrollo del Talento y Liderazgo, ha llevado a cabo en el Atlas, en el Mgoun, un imponente conjunto de cumbres a más de 4.000 metros de altitud.

Impresionante es el calificativo que muestra lo vivido en el Atlas: el entorno, los 15 participantes que han experimentado vivencias únicas durante los 7 días del camino, las jornadas de interminables kilómetros y desniveles de vértigo para personas no profesionales de la montaña; la experiencia de despertar en unos paisajes bellos y de dormir bajo un cielo de infinitas estrellas; La convivencia con personas de otras culturas y el agradecimiento por su excelente trabajo facilitando que nuestro viaje fuera un éxito; Las inclemencias que han ocurrido y que se han solventado con la mejor disposición de un grupo que se hizo equipo.

Y sobre todo, en este artículo me gustaría describir la experiencia de conocer a un gran LÍDER. En mayúsculas. Alguien que no ha ido a ninguna prestigiosa escuela de negocios. Alguien que no ha seguido un programa de liderazgo y que no ha ido a ninguna universidad. Alguien que casi no hablaba nuestro idioma. Alguien que dio un ejemplo de liderazgo soberbio.  Su nombre era Hassan y observarlo en su interacción diaria con los equipos que dirigía (el de porteadores y personas nativas que nos acompañaban en nuestro viaje, y el nuestro, el de montañeros) fue un aprendizaje digno de las mejores escuelas sobre liderazgo.

Estas fueron las claves de su liderazgo:

  • Su actitud de total servicio al grupo. No era un jefe donde el equipo estaba para proveerlo de privilegios. Hassan estaba al servicio de su equipo. En concreto, en la foto, se le ve cómo acompaña a la persona del equipo que necesitaba de su apoyo. Como coge de la mano a esa persona y facilita que así ella y todo el equipo consigan el objetivo marcado.
  • Su estilo de liderazgo se adaptaba a la situación de una forma natural (liderazgo situacional). Era distendido cuando tenía que serlo, nos dejaba tomar decisiones cuando era preciso, servicial al máximo con los que tuvieron dificultades y atento a cualquier necesidad de su equipo. Fue directivo cuando ante una situación de extremo riesgo para el equipo cogió el mando y tomó decisiones muy duras (no llegar a hacer cumbre tan sólo a 300 metros de ella cuando se formó una tormenta eléctrica) pero totalmente necesarias.
  • La confianza del equipo en él. Sus decisiones no eran discutidas por el equipo. Había logrado ganarse la confianza de todos sin muchas palabras. Sin demasiada comunicación. Sin casi entendernos con el lenguaje.
  • Su ejemplo. El ejemplo de un líder que inspira al equipo a dar lo mejor de sí. El ejemplo de un líder que no pierde de vista el objetivo sin olvidarse del equipo. El ejemplo de un líder que es capaz de adaptarse a los cambios con soltura y dar a cada uno lo que necesita.

Y  después de esta experiencia, solo me quedan palabras de agradecimiento a mi gran amigo, mentor y compañero de aventuras, Enrique Fuentes, a los 15 integrantes del equipo (Mariajo, Montse, Valerio, Luis, Isabel, Estrella, Jose, Alex, Julieta, Bea, Betty, Matias, Choni, Javi y Ángeles) que confiaron en nosotros para esta experiencia, a las personas del equipo de Hassam que nos hicieron la experiencia mucho más agradable, a nuestro guía Alejandro Calancha quien llevó toda la parte logística y con el que estábamos en las mejores manos y, por supuesto, a Apu, el Dios de la Montaña por protegernos de la tormenta y darnos una razón para volver el año próximo.

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